El esperado llegó, finalmente, alrededor de las 6 de la mañana de ayer, luego de 24 días de huelga. Quien jugó el papel de mediador fue el ministro de Trabajo de la provincia, Rubén Fortuny.
En la medianoche del jueves y las primeras horas del viernes el conflicto recrudecía, cuando se estancó la discusión entre los abogados de la empresa, Juan Carlos Amura, Roberto Mc Loughlin y Adrogué, un abogado de Buenos Aires y los gremialistas encabezados por el secretario general del Sindicato de Trabajadores del Azúcar, Martín Olivera.
El punto en el que se había detenido el diálogo era en dos reclamos principales: un pago solidario y una cláusula de "paz social".
Cerca de la una de la mañana se abandonó el diálogo, el ministro Fortuny comunicó esta novedad al ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Pablo Kosiner, a cargo también del Ministerio de Gobierno.
Sin embargo, Fortuny logró que las partes volvieran a sentarse en la mesa de diálogo, por lo que las negociaciones se reiniciaron alrededor de las 2,30. El problema principal era que los trabajadores manifestaban gran resistencia al diálogo con los abogados Amura y Mc Loughlin, de quienes el abogado David Leiva, uno de los asesores del Sindicato, decía: "creen que los trabajadores del Ingenio son vasallos de las condiciones que impone el señor feudal, quieren imponer las palabras de las cláusulas".
Fuente: El Intransigente
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